En República, 566d-e:
-¿No es cierto -dije- que, en los primeros días y en el primer tiempo, aquél sonríe y saluda a todo el que encuentra a su paso, niega ser tirano, promete muchas cosas en público y en privado, libra de deudas y reparte tierras al pueblo y a los que le rodean y se finge benévolo y manso para con todos?
-Es de rigor -contestó.
-Y pienso que, cuando en sus relaciones con los enemigos de fuera se ha avenido con los unos y ha destruido a los otros y hay tranquilidad por parte de ellos, entonces suscita indefectiblemente algunas guerras para que el pueblo tenga necesidad de un conductor.
-Es natural.
En lo cual queremos ver nosotros o una ley política eterna o la tentación del führerprinzip. Si no son lo mismo y la publicidad nos ha hecho creer lo contrario.
1 comentario:
Estás lúcido a las 7 de la mañana, compañero.
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