Digo tantas veces lo contrario de lo que representa mi intención, sin que ayude el tono a encaminar la interpretación, porque no sé qué tono voy a poner en una pantalla de ordenador ni cómo, que tampoco reconozco al final cuál era mi intención al principio.
Dicho de otra manera: ironía plana. Se siente el asco y no se refleja en ningún sitio. La náusea invencible que provoca la dóxa grosera.
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