5 de octubre de 2006

Pascal Bruckner, la tentación, notas

I.
Facilidad enorme de los franceses para hacer patria: salvando, de paso, la vigencia del viejo mundo, Europa.
II.
Un diagnóstico común: a la estrategia autobiográfica, como inocencia, victimismo y proyección de la responsabilidad al otro; a las relaciones entre los sexos, la dualidad radical; a la guerra, la catástrofe balcánica de Europa. Pólemos mandando en nuestra conciencia, en lo que sabemos.
III.
A la aventura: aquello que ha de venir, si eso es lo que significa la palabra; dejando para la libertad su camino de consecuencias e imprevistos. No queda otra.
IV.
Yo, al margen, ahora: borrar toda huella, como cuando se escribe con lápiz. Hasta ganar la transparencia del cristal, la extrema pureza de esas arquitecturas de vanguardia que se quedaron en el proyecto... a lápiz.
V.
Borradas las intenciones: muy por encima de los actos. Se deja para el aire lo dicho, en su realidad de palabra, de sustancia física. Nobleza de la desaparición, y un modesto imperativo.
VI.
Pero así no se fundamenta ninguna ética: desaparecemos, y es el mismo resultado, la negación, de la irresponsabilidad extendida de y por los sujetos débiles que denunció Bruckner.

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