Preguntado sobre la actitud del nuevo Papa sobre los homosexuales -de quienes dijo: "¿Quién soy yo para juzgarlos?"- el cardenal responde: "Una cosa es manifestar acogida y afecto a una persona homosexual y otra, justificar moralmente el ejercicio de la homosexualidad. A una persona le puedo decir que tiene una deficiencia que es lo que es, pero eso no justifica que deje de estimarla y ayudarla. (El País)
La religión quiere ser una medicina para las almas, asistida por la medicina para los cuerpos.
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