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17 de enero de 2014
Match point
Segunda vez que, en poco tiempo, veo esta cinta de Woody Allen del año 2005. Desoladora. No sé si es el adjetivo que mejor le cuadra, pero no tengo la cabeza para esfuerzos mayores. La suerte escribe el destino, para bien y para mal. Sin méritos que cuenten. Por influjo del azar las acciones humanas se van calificando, según se acerquen o no a las reglas que pretenden cercarlo. El bien frente al mal, la ley, la conciencia. Términos que puede que abusen de los hechos. Por su parte, estos mismos hechos nos imponen la renuncia a la moralidad. O a ese conglomerado de ley y moral que llamamos eticidad. Ocurre a causa de que nos vemos encerrados, aprisionados, ahogados por los acontecimientos. En ese momento la conciencia la puedes barrer debajo de la alfombra. Lo que queda es el crimen, y un recuerdo más o menos hendido.
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