Mal asunto lo Rafael Nadal en Australia. Como todo va en todo, o con todo, es forzoso temer por la recuperación económica.
Más en serio: hay momentos en el libro de Muñoz Molina que me parecen magistrales. Como cuando refiere o paladea la visita a Nueva York, al Instituto Cervantes, de un honorable presidente de comunidad valenciana que quiere dar cobertura publicitaria a la ciudad de las Artes y las Ciencias. Una de las cosas que se le piden al escritor es que reciba protocolariamente al dirigente y toda su corte en la puerta de la sede neoyorquina del Cervantes.
Por cierto, creo recordar que Cela llamo alguna vez a Muñoz Molina " doncel tontuelo". No está mal la respuesta tardía y póstuma de M. M. En el libro: la cabeza del Nobel es como una mixtura de ídolo olmeca y gobernador civil de Franco. Nota bene: si acaso se hacen algo más espesas, quizás porque yo lo tenga diáfano y me parezcan excesivas las páginas al efecto, las que dedica a un asunto que deber ser evidente aún para las entendederas más enromadas, el de la diferencia entre pueblo y ciudadanía como fuentes de legitimación política, aplicado esto al Estado español y sus taifas autonómicas.
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