Jesús Pardo cuenta, en la tercera parte de sus memorias, cómo volvió a la fe católica después de pasar por una depresión. Al hilo de esto, yo, de natural bondadoso, deseo fervientemente que exista un Dios para que exista un infierno en el que residan al cabo algunos de los vivos. Si nos toca, pues aceptamos... Ni en esta ciudad ni en la otra nos queremos aparte de la ley.
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