11 de octubre de 2009

Hesíodo

Mirando ingenuamente la Teogonía, ahí está todo: p. ej., la prudencia del gobernante, que retribuye justamente. Un gobernante sabio y persuasivo, que se vale de la palabra. Esto no da ningún sentido de la vida, quizás el mito constituya el parche necesario para olvidar la condición trágica, pero pone de manera inmejorable delante de los ojos la miseria del presente.

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Gómez Dávila, ayer en abcd.

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