Texto:
"Autocomunicación de masas " de MANUEL CASTELLS
LA VANGUARDIA. 14/05/2005
Yo disfruto de un extraordinario privilegio. Tengo la posibilidad de dirigirme a usted desde un diario de prestigio. Pienso, luego publico. Mientras que a usted sólo le queda el recurso de pasar la página para no soportar mis monsergas. La comunicación de masas, la que llega al conjunto de la sociedad, se caracteriza por ser un flujo unidireccional (...) La comunicación de masas es el espacio en donde se difunden los valores y creencias a partir de los cuales vivimos. Esa comunicación está reservada a los profesionales de la comunicación y a los diversos emisores de información y de opinión a quienes se concede acceso.
(...) Ese mundo unidireccional de comunicación de masas está siendo puesto en cuestión por el desarrollo simultáneo de una cultura de la libertad individual y de las tecnologías de comunicación digital (...) La gente se está montando sus propios sistemas de información y de comunicación y en ese proceso se van generando nuevas formas de relación mediática y nuevas oportunidades empresariales. Veamos cómo. Empecemos por los blogs. Como es sabido, son publicaciones personales que cada uno puede hacer en internet, instalando el weblog en menos de media hora, mediante un sencillo sistema proporcionado gratis o a muy bajo costo por alguno de los servicios que existen en la red (Blogger, por ejemplo). No hay control de contenidos, naturalmente, aparte de los límites legales a la libertad de expresión (...) Los blogs nacen y mueren a gran velocidad. Hay de todo tipo. La mayoría, expresiones personales de vivencia cotidiana. Pero también los hay informativos, políticos, ideológicos, sexuales, profesionales, domésticos, perversos, literarios, religiosos y, cada vez más, comerciales, puesto que las empresas de publicidad se han dado cuenta del potencial comunicativo de personalización contenido en los blogs. Los blogs, además, se vinculan entre ellos o con sitios de internet que les parecen interesantes a sus autores. Cada blog es una entrada al universo de la red a partir de la experiencia de quién lo publica.
(...) Al tiempo que se autonomiza la producción mediática, se individualiza el consumo de los medios de comunicación (...) La individualización del consumo de comunicación también se expresa en la competencia creciente de internet tanto a la prensa como a la televisión (...) /Los jóvenes/ Utilizan internet, entre otras cosas, para informarse y para difundir la información que les interesa entre sus redes afines. Lo cual no implica el fin de los periódicos, porque lo esencial en un universo infinito de información es la credibilidad de la fuente. Pero la lectura de periódicos se hace cada vez más por internet.
(...) Éste es el mundo de comunicación en el que estamos entrando de la mano de los jóvenes que prefiguran el futuro en su práctica. Para bien o para mal, según quién opine. Un mundo en que igual le tendré que leer yo a usted que usted a mí. A menos que nos leamos sólo a nosotros mismos, en una especie de autismo digital generalizado.
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Comment:
Pienso, luego publico: Pero esto no es una intuición cartesiana, al modo de una gracia inmediata caída del cielo. Porque la única prueba del pensamiento es que se es publicado. Luego, se concede que existe un pensamiento, detrás, siempre detrás. Puesto que el acceso a la publicación está restringido de muchas maneras, no será impertinente para una descripción del funcionamiento real del poder la idea de que éste último es un generador de suposiciones positivas (legitimidades, ideologías, autor-idad).
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Está por ver la compatibilidad de la tecnología digital con la realización personal de la libertad, ese feliz maridaje de las dos culturas. Los blogs no muestran esa posibilidad, encerrados en los límites de la experiencia privada. Demasiado sabor particular para producir un saber! Conocida la eficacia ideológica de la tecnociencia y el recorrido consumista de la producción/uso de tecnología, no es impensable una pérdida real de libertad. El que los diagnósticos anteriores acerca de esta situación no se hayan resuelto en política positiva no dice que los médicos hayan estado equivocados, sino que apunta a la falta de salidas. Y no se observa un exceso de imaginación: si el lenguaje verdaderamente se está empobreciendo.
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No existe ninguna razón para fijar el punto de autoridad en la credibilidad del periódico escrito, ni real ni trascendentalmente. No puede ser que el potencial infinito de información se determine en los periódicos existentes, que éstos sean Dios. Castells no puede creer realmente eso. Aunque la responsabilidad por la creencia, la autoridad y la autoría, son aspectos básicos de la cuestión del sentido del cambio en las formas de emisión y consumo de información.
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De ahí el peligro último: "una especie de autismo digital generalizado".
2 comentarios:
¿Por qué un "autismo digital generalizado"? No entiendo ese salto lógico.
Supongo que en el fondo es cuestión de forma, de buenas formas (que permitan la alternancia en los puntos de vista y la ironía). Para mí, el modelo filosófico del conocimiento (imposible de repetir, pero válido como ideal regulativo) sigue estando en el origen: el diálogo platónico, ese momento de autoconciencia del paso de la oralidad a la escritura.
No hay que tener miedo a relativizar, si todos estamos en ello.
Y se mire como se mire, la credibilidad de la fuente no deja de ser una cuestión (inter)subjetiva. Como mucho, a la manera del honor, una moneda de cambio social.
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