25 de noviembre de 2013

Censuras de libros, vida de otra época

Escribe un comentarista en un periódico lo siguiente, y yo estoy de acuerdo:
No quiero que nadie me diga lo que puedo/debo o no puedo/debo leer. Mientras no se cometa un delito, hay que defender ante todo la libertad de expresión. Si quiero leer "Mein Kampf", o "El Capital", la Torá o Mansfield Park, es cosa mía.

3 comentarios:

Julio Gonzalez dijo...

Cada cual es libre de leer y pensar lo que quiera mientras no coarte la libertad de nadie, que precisamente es lo que se hace con la censura.

Anónimo dijo...

Efectivemán.

Anónimo dijo...

Distopía de otros( o de estos) mundos.