El final fue de sainete, impropio de un fútbol tan profesionalizado. Quizá como el principio de toda esta gira, en la tierra de Obiang. Arbeloa se puso la camiseta de Valdés, convencido de que, agotados los cambios, era el más indicado de los futbolistas de campo para cubrir la baja del portero del Barcelona, lesionado. De pronto, saltó Reina del banco, porque el delegado del partido lo autorizó, al ser pedido por el banquillo español. Inaudito. A Gordon Igesund, seleccionador sudafricano, se lo llevaban los demonios. Con razón. Lo pactado es lo pactado. Reina saltó al campo, entre forcejeos en la banda. España lo justificó por 'fair play', al tratarse de un amistoso, pero fue un mal detalle de la campeona en el lugar donde escribió su mejor página. Si para olvidar fue la parada en Guinea, qué decir de esta derrota, merecida, unida a la lesión de Valdés, de la que nadie tiene culpa, pero acompañada de mala imagen. (El Mundo)
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20 de noviembre de 2013
Marca España (pero que ayer no marcó, ni quedó bien)
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