28 de noviembre de 2013

De Sebreli, ad hominem

Así se destruye, un texto, una obra, un autor, al denunciar la voluntad, muy mala, execrable, que lo produce. Retóricamente a Sebreli le asiste la razón: cuando sostiene que Schopenhauer no fue más que un reaccionario conservador, y que por lo tanto habría tenido que despreciar a A. H., un amante de la autoridad y del orden que durante los días revolucionarios del 48 prestó sus prismáticos a un oficial para que pudiera disparar, desde su casa, sobre los insurrectos. No sabemos qué escritura puede soportar este rumor, qué paciencia ha de contener este río.


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