En EE UU, el pensamiento positivo se ha colado en las iglesias. Como denuncia Ehrenreich, el primitivo calvinismo que condenaba cualquier goce mundano y llamaba a la austeridad ha dado paso a macroiglesias, con telepredicadores que no solo no esconden su riqueza sino que hacen de la ostentación el centro de la "teología de la prosperidad": Dios premia con riquezas a quien tiene una actitud positiva. Oradores evangelistas como Joyce Meyer, Creflo Dollar, Benny Hinn o el matrimonio Copeland vuelan en aviones privados y han amasado fortunas con ese mensaje. (Escrito por el periodista; el artículo es de 2011)
Lo siguiente, escrito por Ehrenreich:
"El pensamiento positivo es en realidad un brillante método de control social, ya que anima a la gente a pensar que no hay nada malo en el sistema (la economía, la contaminación ambiental). Y que lo que está mal tiene que ver con usted, con la actitud personal de cada uno".
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