Verdad es -me decía yo para consolarme- que eso ocurre en todas las artes: la inmensa mayoría de los cuadros que se cuelgan en galerías y de las novelas y libros de versos que se publican son una desgracia y más valdría que no se produjeran.Estamos plenamente de acuerdo con este exabrupto tan bernhardiano.
También dice/escribe lo siguiente, tan postmodern, y que nos suscita el recuerdo de la famosa boutade marinettiana:
... pretendiendo dar un barniz de Grecia a los pilares de acero de un aeropuerto.Por último, esta palabras pavorosas,tan resonantes a los días de hoy y a otros días aciagos:
Ahora y aquí, nuestro país acelera su descenso por las honduras irremontables del déficit con tal de crear una imagen 1992 digna -si bien en otro estilo- de un Albert Speer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario