Por razones de jerga filosófica, tengo alergia a la jerga no filosófica. (Si bien es verdad que en no pocas ocasiones la lengua filosófica se deroga a sí misma, mutando en su contrario. No es que el mochuelo sienta el crepúsculo, sino que se quita de en medio.)
Por razones de ideal, tengo alergia a la realidad.
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