Neil Young (un fuera de serie, una de las cimas maravillosas de la música popular de los últimos casi cincuenta años) publicó Harvest moon en el año 1992. Creo que yo tenía veinticinco años. Ahora, esta tarde de sábado de un verano ya empezado, según corresponde a la exactitud de los solsticios, estoy entre la novela de V. N. que compré en el año 2000 y un texto de la Rev. de Occ. de M. Maffesoli sobre los jóvenes y la cultura en la era de la comunicación. Yo creo que cada vez son más urgentes los libros de Lipovetsky que tengo por ahí. Una de las canciones del disco del músico canadiense, "From Hank to Hendrix", tiene que ver con lo que intento decir y no digo. Cualquier cosa aboca al archivo, a una resolución crepuscular, desvaída y hasta malvada de la babel borgeana. Debería escribir From Kant to Lipovetsky. En lugar de leer, escribo que leo. Las dos oraciones anteriores no guardan relación entre sí. Ahora sí: la de su (in)diferencia. La memoria nos da para producir frases. La sintaxis se emancipa de una semántica con sentido, social. Cháchara.
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