De este matrix o pandemonium de letras, lenguaje y normas en este ámbito kakano estatal y autonómico, en el que no nos queda más remedio que movernos, salimos peor de lo que entramos, con impresión de estafa, sospechando que la cuestión de la ley y de las leyes se sustancia en lo que siempre fue: la dialéctica de los amos y de los esclavos, sin que quepa dirimir en qué sentido.
Cualquier día nos da un petardazo la patata, lo cual aceptamos porque no nos queda más remedio, como viejos ex católicos que han cumplido cuarenta y seis tacos. Y una mierdra ubusiana. Lo anterior no debe ni escribirse (lagarto lagarto y triple cruzada de dedos y santiguarse), y sí cumplir con el precepto del médico: cumplir noventa y dos. Y dar mucho por c, lo cual es el propósito que pongo yo.
Páginas de Benejam.
Quien muere antes de los cincuenta o en torno a ellos deja textos sombríos y luminosos: Nietzsche, Kafka, Pavese, Camus, Espinosa, y antes Spinoza. Descartes, ça va de soi. (Quiero a mis hermosos cuarentones y cincuentones muertos.) O hace hermosas traslaciones. Y una doble remierdra y cruzamiento compulsivo de dedos y maldición de gatos negros.
No te tomes en serio las cosas; así llegarás a algo.
En tiempos de crispación, y cuando la teología es un mal chiste, sangriento en ocasiones, el cometido de la pobre filosofía es dar reflexión y sosiego a los hombres menesterosos. Con lo más humilde y soberbio que posee: el diálogo.
1 comentario:
Para dialogar, alguien tiene en algún momento que escuchar ¿ Pensó ser amo? Somos los cautivos de sus preceptos, pero nos quedan tres opciones: pasar por el aro (y estrangularnos), hacernos un seppuku ( y eventrarnos) o dar mucho por kk ( y jorobarlos). Pues eso, incordiando.
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