En una anotación de 1963, E. Morin refiere el hallazgo de unas proteínas de origen petrolífero halladas en las refinerías de B. P. Y se extraña de que los gobiernos no se hayan interesado en el asunto.
Las medusas y los insectos de ahora. Morin parece acríticamente ingenuo, viendo posibilidades donde no es difícil hallar una canallada elitista.
Debió ser moda en la época: las autobiografías intelectuales de los intelectuales, de un modo u otro de escritura: Sartre, Leiris, Lefebvre, Barthes, y ahora Morin, en este dietario En carne viva. (A cuyas pp. 155-156 me refiero más arriba. Morin encuentra la noticia en Le Monde, del mismo día, cuyo ejemplar supongo que tiene delante de sí.)
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