13 de noviembre de 2011

One day

Un día soñé que entraba en el salón de este hombre poderoso, culpable de tantas abominaciones, se decía, y vi que las paredes eran tan blancas y estaban tan despojadas como las de la casa en la que habito. No había nadie allí, pero tenía claro que era su casa. No sé si lo comprendí a él, o me comprendí a mí, que no llego a poder casi nada. Quizás soñé conmigo y me encontré como perdido, en una casa ajena; deduciendo mi presencia, no sintiéndola.

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