Ya no recuerdo qué soñé o pensé acerca de las iglesias, de todas, de su falta de sentido o de mi falta de fe. Creo que pensé que las religiones son como máquinas casi perfectas de infelicidad y poder. Yo con un huerto modestamente surtido me conformo. No quiero trasmundos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario