Filosofía en el hogar

¿También aquí hay dioses?

Es en este contexto en el que Heidegger nos invita a "ejercer el pensamiento" interpretando sentencias filosóficas como las de Heráclito ("Si todo lo ente se desvaneciera en humo, entonces podrían ser las narices las que lo diferenciaran: lo ente en cuanto ente") y las de Nietzsche ("Verdad es el tipo de error sin el cual un determinado tipo de seres vivos no podría vivir. Lo que decide en último término es el valor para la vida")...

Pero si no es el caso- si no se deshace todo ser en humo (también tiene valor la traslación heideggeriana de la sentencia del maestro oscuro!), si lo que es posee una consistencia durable y difícil, una redondez que no está lejana de la de Jenófanes o Parménides (de manera que las vías iniciales del pensar tienden a confluir en una especie de gran avenida), entonces su presencia exige la correlativa de un entendimiento abstracto, ajeno al olor y lo tangible. Ideas que son sustancias, permanencias traídas desde detrás del escenario, un ser que allá en lo alto es Dios, y una verdad como adecuación ya aquí o, si eres modesto, como promesa quiliástica a cumplir en cualquier fecha señalada.