Heredo de mis antepasados mi aversión al crédito…incluso el desconocimiento total de sus mecanismos…por ende ninguna propiedad ni capital me animan… pasare por la vida como el viento débil del verano sobre la roca que no la toca ni la daña, que no afecta en nada su materialidad, ajeno a todo objeto que me sobreviva, solo confío en la palabra… donde el único crédito que ella exige para no disolverse impotente en la nada, es la existencia de los demás…
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