7 de octubre de 2010

Poesía y verdad

Una palabra ya nace mintiendo: oculta su calidad de metáfora, el recubrimiento arbitrario de un suceso o un ser. (¿Un ser? Un proceso, un complejo...) Oculta un indefinible. A esa maquinación tracera la denominamos concebir, y sus hijos son los conceptos. Una palabra poética, que viene después, fabrica una mentira en segundo grado. Por eso los platónicos la desterramos: porque no podemos soportar la propaganda del pecado, su multiplicación. El verso distrae de la tragedia de la existencia, y dificulta la trama de ese fármaco de la necesidad que no es otra cosa que la ciudad.

2 comentarios:

eutelia dijo...

se encierra usted en las suyas...incluso cuando piensa que es libre de escogerlas...vea como diria yo exactamente lo mismo (le muestro mi carcel)

Una palabra ya nace mintiendo: oculta su condicion de metafora, el recubrimiendo arbitrario de una cosa. Oculta la vida.(...)El verso distrae del gozo de la existencia, y dificulta la trama de ese farmaco de la necesidad que no es otra cosa que "lo que hay".

Lidia Olmos dijo...

Siento decirte, amigo, que eres poeta: (reléete, eres padre de las metáforas y personificaciones que siguen)"esta intuición en sombras no representa más que otra trampa del pensamiento", "envuelto una vez más en los ropajes de la imaginación ilusa","conocer el gris infierno en la tierra","estaciones del desconsuelo"... Opino que ser poeta es usar la palabra para crear belleza (ademas de para la expresión pura del sentimiento propio) y ni se te ocurra intentar convencerme de que lo que tú escribes (casi siempre, ojo) tiene dicha cualidad. No sé si te congratularás o te entristecerás de que te considere poeta (en el sentido en que yo lo entiendo). Yo me sentiría orgullosa si mi pluma fuera capaz de lograr lo que logra la tuya. Así que... enhorabuena.