Podemos fingir actos de creación, hasta de nosotros mismos, igual que si hubiéramos de convertirnos en un poema (autohacedores). Podemos, también, intentar reconducir el pensamiento de otro, jamás sus pasiones, hasta plantarle un espejo delante. ¿El suyo? Para nada. El nuestro. Puesto que con el original no supo ver. ¿Se me comprende lo que quiero decir?
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