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29 de julio de 2010
¿Reaccionario? -Sí, gracias.
(Una discusión según el Protágoras) Del platonismo no nos van quedando más que las mediaciones, en estas democracias decadentes. Entre la norma A y el infractor B no encontramos mejor solución que la figura del mediador/pacificador. Lo que parece lógico sería que tras la norma A y el infractor B viniera la sanción C. De la otra forma, con la estrategia de no crear problemas (y no mandar los antidisturbios, es un poner, a quien hace abuso mafioso de los bienes públicos, amparándose en la tontería nacional), la norma A nunca va a llegar al infractor B, ni éste va a sentir la necesidad de conocerla. Y cuando haya un conflicto entre el mediador y el infractor, ¿qué? ¿Multiplicamos los terceros hombres platónicos? Creo que con esta magnífica estupidez y debilidad consentidora (no hay norma sin palo) no podremos evitar el bellum omniun contra omnes, pero no entre estados sino entre los ciudadanos y aquellos que, si fuéramos cabales, habría que echar sin misericordia de la ciudad (por irracionales).
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