20 de julio de 2010

Érase una vez

S. Weinberg, Los tres primeros minutos del universo. Páginas enteras sin entender nada de nada. Un libro de divulgación física es, finalmente, un libro de divulgación física. Necesitaría yo un guía paciente que me llevara de la mano entre tantos razonamientos sobre energías y radiaciones. Párrafos y más párrafos sin comprender: me encanta esta impresión de ser como otra persona, que empezara de nuevas a querer explicarse el mundo. Este imposible, este mundo negado (como posibilidad).

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