4 de julio de 2010

La ciudad

La ciudad: un rumor insomne al que yo no me podría hacer ni aunque me hubieran condenado a vivir mil años. Una colmena bulliciosa, un rumor de hormigas que pueblan las calles y compran, sin descanso. Hay, por contra, quien nació para vivir en páramos desiertos y feos de los que huyen hasta las estrellas (por comodidad, vamos a llmarle yo y aquí y ahora), rodeado de animales poco amables. Nadie me dijo que hubiera que bajar a las ciudades, para entretener a las gentes y ser entretenidos por ellas, en una suerte de turismo existencial.

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