6 de junio de 2010

Lo que ha de venir

Disponiendo sobre la pantalla, como sobre el tablero de juego, una proposición tras otra, confiamos en que finalmente aparezca un yo (también nacido del juego) que las sustente. Mientras tanto, a la espera de que surja el estilo propio, el cual representa el polo objetivo del ego scriptus, se nos tendría que perdonar las recaídas en lo sentimental, Lo sentimental: aquello sobre lo que revolotean los buitres negros: lo cursi, lo kitsch, la retórica, el juego floral patriótico, la lamentación, el contento de sí mismo. En resumen: cualquier cosa que nos distraiga de lo importante, del sujeto, un yo que satisface por lo mismo que no pertenece a nadie en concreto, o que es un resto de los naufragios.

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