Se nos ha ido la humildad, que no la mala fe. El resultado, de lo peor: tontos y malos.
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Un asunto diverso:
Tenía J. S. (sí, él) el enorme cuajo de escribir algo así como que los campesinos tienen una natural propensión a buscar líderes (ergo, a hacerse fascistas de cualquier duchecito). ¿Proyecta él una inclinación mental suya, achacándosela al campesino genérico, que más bien apunta a la acracia que a la genuflexión mental? Dicho con todo el respeto y cuidado.
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