18 de junio de 2010

Las calles de mi ciudad

Sumergido toda la tarde en la caverna de los exámenes, emergido un instante desde ellos, y sin tener seguro que los pasos desde el interior de la cueva hacia la luz no sean las estaciones hacia la muerte, veo la limusina más grande que he visto nunca, que no han sido muchas. Me tengo casi que frotar los ojos, ofuscados e incrédulos por la novedad. No. Es real. Algún financiero o artista.

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