"En realidad, sólo se puede experimentar la belleza cuando tenemos el melancólico presentimiento de que todas las cosas del mundo acaban. Es la fugacidad de un objeto la que le confiere belleza, y esa fugacidad se manifiesta en sus grietas y fisuras, que son manifestaciones de decrepitud. Temer a la muerte es renunciar a la belleza a cambio de lo bonito, esa rebelión fláccida contra la corrosión. Caminar pensando en la muerte es abrir el corazón a relámpagos de fuego que no tienen igual." Eric C. Wilson, Contra la felicidad. En defensa de la melancolía.
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