Me dejo el libro de Clara Campoamor en M. Es de las contrariedades que nos afectan cuando vamos envejeciendo (yo empecé a los treinta). Da por pensar que nunca más volveremos a ese libro, a ese hecho, que los sucesos son irrepetibles, irreparables los errores.
Empiezo: En la Patagonia, de Chatwin. Lugar donde considero que no se debe estar mal. Algo alejado.
Veamos: Lucrecio.
No soy político, excepto en un sentido animal, helénico. Aun así, pocas cosas encuentro más repulsivas y menos celebrables que una victoria militar obtenida sobre la propia población. Y lo que es la exhibición de alegría ya me parece el súmmum del impudor. Supongo que me repito, que ya lo he dicho un millón de veces. Reitero que no soy político, que solamente me da asco algo como eso: la violencia, las armas, la muerte, la represión y el gangsterismo ideológico.
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