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25 de junio de 2010
… y no comprendo nada
Miro las viejas fotos: la alegría in crescendo de las tropas nacionales, y sus seguidores, de Franco conforme se aproxima abril (del 39) y van ocupando las últimas plazas, los rostros de los niños que vuelven o que se van, los rostros apagados de otros niños en un bombardeo. Sé en otro lugar de las distancias inauditas de las estrellas (que siempre aparecen frías e indiferentes en las imágenes en blanco y negro), de Kris Kristofferson anunciando que se va al Vietnam (¿1965?) y del cumpleaños de Ho-Chi-Minh. Concluyo, de todo ello, absurdamente, que este lugar no tiene salvación y que el escribidor que observa estas cosas tampoco.
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1 comentario:
De ahí la conveniencia de tener siempre cerca a Lucrecio
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