17 de julio de 2011

Galbraith

A ver...

Visto...

- ... ¿y?

- No sé qué decir.

***

Me comentan (R., economista):
Este hombre dice que Galbraith es un fanático, pero lo hace con un fanatismo que asusta. No niego que algunos de los argumentos puedan ser válidos, aunque en cualquier caso discutibles, pero va a saco, buscando cualquier resquicio por donde atacarle. Galbraith fue un gran pensador, al que muchos economistas no le perdonan que escribiera best-sellers. La divulgación tiene mala prensa entre los eruditos de pacotilla. El descubrimiento de lo que él llamó tecnoestructura en "El nuevo estado industrial" es crucial, y de hecho el poder de las corporaciones es inmenso y sus objetivos no son puramente económicos. En la economía actual existe un desequilibrio tremendo entre el poder de las empresas y los consumidores, y ahí es donde se equivocan estos liberales fanáticos: en estas condiciones el mercado falla estrepitosamente. La solución... ¿el Estado? No lo veo claro del todo en cuanto a intervención indiscriminada, pero sí en regulación y en educación, que no adoctrinamiento: crear las condiciones idóneas para una educación completa de los ciudadanos y, por supuesto, de los consumidores, manipulados por las empresas, por mucho que este señor lo niegue. "La sociedad opulenta" es otra obra visionaria: no hay más que mirar a nuestro alrededor. Por último, se está criticando a Galbraith por algo que publicó hace 45 años, y él mismo dijo que las circunstancias y los postulados cambiaban con el tiempo. Bastante buenas son sus predicciones, si aún hoy se las rebate con tanta virulencia, digo yo. Un saludo, y perdón por la extensión.
Efectivamente. Da la impresión de que si lo cogiera (a Galbraith, y en un sentido no argentino) le haría pupita. Un preclaro ejemplo de la ciencia (social) a hostias (sin consagrar). Líbrame Señor de los sedicentes liberales (como no me seas de la escuela austriaca te rajo, estatalista de m***!), que de la carcundia ya me libro yo leyendo libros.

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