"Yo creo en el sector público porque pienso que el mercado no lo arregla todo. Escucho a muchos que dicen que sobran funcionarios, pero nadie me dice dónde. ¿En la sanidad? ¿En la educación? Me temo que no", recuerda Boltaina. Entre estos profesionales, además, introducir criterios de productividad puede ser más complicado. "Tal vez en el caso de los maestros se trate de incorporar incentivos", afirma Gómez Pomar /profesor del Instituto de Empresa y ex secretario de Estado de Administración Pública/.
Evidentemente al alumno se le puede aprobar por decreto, aunque no quiera; mientras que al enfermo no se le puede curar por decreto, aunque quiera. Es la diferencia entre las cosas que suceden según libertad (educarse) y las que suceden según naturaleza (estar sano). Dicho sin matices, claro.
Como el titular de la noticia (?) de El país, de donde he copiado (ejem, extraído) el párrafo, reza grouchomarxescamente (más madera!) "Que al funcionario le cunda más", propongo, con toda la modestia de que soy capaz, y soy capaz de mucha, más que nadie, la instauración fulminante de la figura del Cundidor o Acicateador laboral, ad maiorem gloriam del grupo de CiU, avanzadilla de los lobos, a lo que se me alcanza. He aquí una foto del futuro rey de las oficinas:
El hermoso animal que, no sé por qué, atiende al nombre de Consejero Convergente, está sobradamente preparado para no dar más que satisfacciones a políticos y empresarios, por una parte, y a sus ciudadanos adscritos, por la otra.
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