4 de enero de 2011

Sortilegio, II

Los acontecimientos no se deciden. Se configuran (si acaso) en un discurso narrativo que produce, de rebote, una identidad (vid. Paul Ricoeur). Para decidir los hechos, ¿quién tendría la competencia- moral? Yo no sé en dónde tendríamos que hallar esa voluntad instauradora.

Voluntad es otra palabra: el deseo hipostasiado, la primera persona que siente y sufre devenida en sustancia del mundo...

2 comentarios:

eutelia dijo...

No estoy de acuerdo: el discurso narrativo, cuando es principalmente un soliloquio, no produce, por si solo, identidad, la identidad necesita interlocutor.

Lo del rebote estaria bueno si una se hiciera dura como una làmina y los acontecimientos (la vida) rebotaran sin ningun discurso narrativo que la elabore, ni siquiera el monologo interior.

O uno escoge dos o tres zonas, y deja las demàs areas como "zonas de rebote". ¡Es un super plan! (voluntad)

jose antonio dijo...

esto sería útil a quien le interese seguir viviendo de cara a los demás,no a los solitarios puros