También los libros. El desorden del lector. Su desesperación. Su renuncia a llevar un registro de lo que lee, y de lo que compra. Su pobreza (los libros son muy caros; difíciles de entender). Pobreza de materia y de espíritu. Postergar la carga de la deuda: hacer que su efecto venga después. Cuando no venga porque nada puede venir, después del tiempo consignado.
John Ashbery, Th. Pangle sobre Leo Strauss, Leo Strauss sobre Tucídides, Giedion sobre Aalto.
Demonios.
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