10 de octubre de 2010

Un paseo, un río


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Unas páginas de Georges Perec, del final de Un hombre que duerme. Páginas de soledad y de idealismo, en el mal sentido de idealismo: la proyección de un otro (el ocupante del cuarto de al lado, nunca visto, meramente sospechado), como un intento de fuga desesperado, como antídoto de la soledad.

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