Caen ahora unas gotas lentas de lluvia, para rubricar este bochorno deprimente en la ciudad mediana y tranquila, un calor bronco y depresivo que no me deja pensar en nada, que anula cualquier acto previo de la voluntad. Compro un libro de divulgación científica (Física). Al menos así lograré que no haya nada que entender.
Blogger me avisa de que las leyes europeas, Dios las bendiga, me obligan a que avise a mis improbables visitantes y/o lectores de que mi blog usa cookies, pero a mí su aviso, incompetencia mía, seguro, no se me pone en la cabecera
3 de julio de 2010
Presunción y poco más
En M., ciudad cercana, media y tranquila, un cielo de nubes bajas le ha puesto una campana de bochorno al día. Al llegar a la plaza, subiendo desde los aparcamientos, un bandoneista a la derecha intenta en vano contrarrestar la pachanga musical que sale del interior de una de las sucursales de la gran cadena de ropa de moda de medio pelo. No abundan mucho las gentes a esta hora en la plaza nueva. Lo dejan para más tarde, cuando yo vuelvo y me los encuentro de frente llenando las aceras.
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