Lo uno y lo otro...
Los términos de la lucha política están cambiando. En lugar de buscar una visibilidad como pretenden teóricos como Rancière, para quien la política se produce en el reparto de lo sensible –en la igualdad de los sujetos en términos visuales–, hoy, cuando todos somos excesivamente visibles –y, por tanto, controlables y fácilmente dominables–, el anonimato se convierte en un arma de la lucha política. Y la red de redes es, sin duda, el territorio privilegiado para esa estrategia. Las protestas de Túnez y de Egipto han demostrado la fuerza de Internet y del anonimato. Es una pena que esta potencia política, se desperdicie en la irresponsabilidad de otros muchos internautas para los que el anonimato no es más que una excusa para tirar la piedra y esconder la mano... (M. Á. Hernández-Navarro)
No creo yo en la virtualidad cívica de la resistencia anónima y multiplicada. Será porque en rigor no creo nada (salvo en los perros que se tienden al sol). El anonimato podrá producir rupturas y revoluciones... que será igual que el trayecto del sol: caminos de ida y vuelta en los mismos errores de la historia. Las estaciones del crimen, inviernos y primaveras y luego inviernos...
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