28 de febrero de 2011

Sorpresa

Es tu cara de niña, esta luz con que miras, en esta hora en la que suspendes las preocupaciones, los rasgos de las semejanzas y las diferencias- una bendición de la tarde. Juegas, sentada en el suelo, y alzas los ojos cuando te digo hasta luego y me voy a mis ocupaciones, y ninguna música podría ser más bella ni más clamorosa que tu silencio que mira, que yo voy aprendiendo que va dejando de ser infantil para convertirse en la promesa de lo que eres. En tu verdad.

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