En los sueños, que son como una mala costumbre, nos asedian los conocidos. Hasta en ellos queremos quedar bien, exhibir y lograr imponer nuestra personalidad. Hasta ellos nos dejan tirados: se nos quiebra o no nos sale la voz. De los apuros nos tiene que sacar otro---
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¿Soñé o no soñé que estuve ayer en la casa en que apresaron a García Lorca en G.? Esta casa palacete era ahora un pequeño hotel con una cafetería (no sé si del hotel) en el bajo.
1 comentario:
Puede ser, yo tambien soñè algo parecido, pero debemos haber estado leyendo los dos esa entrada sobre Rosales y la Casa Encendida, de Ridao.
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