4 de enero de 2011

Solución habitacional

Al ocupante de la caverna, da igual que sea material o fingida, le tiene que sobrecoger el ingenio del tiempo futuro. Debe admirar la manera en que los descendientes han solucionado el dolor a causa de la salida de la naturaleza. Lo han hecho reintegrándose a ella, en un claro del bosque. Allí son felices, inteligentes y buenos. Él se contenta con un garabato en la pared (un esquema nada representativo, hecho a tizón, de los seres familiares), con un pálido fuego y un sol temeroso. Eso cree. Antes del tiempo les admira por adelantado. La alegría les hizo suyos.

Villa Mairea.

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