Claro que los que más influyen son los no presentes: danzan (?) en el viento, se esconden en el sol.
Sin embargo, no hay continuidad: la memoria, si ésta fuera azul, ellos, como un trueno, la desgarran. A ti, a nadie más, te corresponde determinar si en el súbito destello hueles a quemado o atrapas lo anunciado y lo fijas en una palabra. Si es cielo o memoria o sueño este color frío lo decides tú. Quizás del corte en el cielo no salga nada y se desate después una calma pura.
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