Ruptura de lo unánime, II
No sé mucho de teoría de juegos pero creo que la “opción de usar la bomba atómica” sirve para negociar, no para ponerla en práctica, pues así se desencadena la bomba atómica del contrario (la militarización).
En efecto, aquí está el problema. En la moralidad y sus automatismos, astutamente empleados. No digo que sea inconveniente. Digo de su valor (el de los juicios morales acerca de lo justo y lo que no; el de las medidas consiguientes) como síntoma mínimo, infinitésimo si quieres. Digo de la contradicción que se alcanza, de cómo la moralidad que debela injusticias (asistida por el gobierno, o a la inversa) culmina en la caída de los argumentos y en las amenazas puras y simples. Y en el acto de contrición de los controladores, mediáticamente trasladado: a ver si les perdonamos. Y esta deriva no me gusta absolutamente nada.
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