11 de diciembre de 2010

Eusebeia, II

(Un resquicio poético) La tierra, para quien la trabaja. O la contempla. En ningún caso se le puede poner un precio, cuantificando así su ser de madre.

Los libros para quien los lee. ¿También?

Naturaleza y cultura según un valor de uso, a salvo de la propiedad y la especulación in/mobiliaria.

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