15 de marzo de 2010

Sintaxis

El ojo va paseándose festivo por las frases de la redacción. Encuentra, al primer vistazo, una pequeña piedra que decide soslayar, de momento. Inútil. Habrá de volver y torturarse. Lo sabe. Hay algo que no termina de marchar bien. Entre esas dos ideas vecinas percibe un salto y él quiere rellenarlo y que no se transforme en abismo. Ni que toda la mente se transforme en ojo opaco, en él. Cuando no lo piensa, se olvida, y hasta cree comprender. El camino se suaviza, el andar no duele. Pero recae.

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