Sostiene Nietzsche que las regularidades celestes encontradas no son sino proyecciones de los afanes burgueses de regularidad y orden (informa E. Lizcano -Metáforas que nos piensan- , citando Sobre verdad y mentira...).
El maximum de regularidad será Dios, ¿no? Habrá que pensar, por lo demás, que según el tamaño del corazón del hombre, así será el cielo que le maraville (vid. Kant). Y que no hay nada de raro en esa doble fascinación (moral y astronómica), que quizás no venga de lo alto, sino del egoísmo y de lo mezquino.
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