Viví sobre esta tierra en una época
en la que el hombre cayó tan bajo
que mataba gustosamente, por placer, sin recibir órdenes.
Locas obsesiones tejían su vida,
creía en dioses falsos.
Desilusionado, echaba espuma por la boca.
Viví en este tierra en una edad
en la que era un honor traicionar y matar,
el traidor y el ladrón eran héroes -
quienes estaban en silencio, no deseando regocijarse,
fueron odiados como si tuvieran una peste.
Yo viví en esta tierra en una época
en la que si un hombre hablaba, debía esconderse
y podía sólo morderse los puños con vergüenza-
borracha de sangre y escoria, la nación enloqueció
y sonreía ante su horrible destino.
Yo viví sobre esta tierra en una edad
en la que una maldición era la madre de un niño,
las madres eran felices si abortaban,
un vaso de denso veneno espumaba en la mesa,
y los vivos envidiaban el podrido silencio de los muertos.
Viví sobre esta tierra en una época
en la que los poetas también hacían silencio
y esperaban que Isaías, el sabio
de terribles palabras, hablara de nuevo-
pues sólo él podía proferir la justa maldición.
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