Hay gentes que viven literalmente de la Cultura. Son aquellos de los que las cultura puede prescindir, y lo hará. Comentaba él.
De lo que se escribe, publica, vende, critica, etc. no quedará prácticamente nada. Además, no hay ningún criterio para saber lo que quedará. Lo brillante de ahora, se caerá de las manos, de ramplón, mañana. Lo seco aparente, cobrará vida.
Pienso en Amiel, en Machado, como en dos solipsistas que se me ocurren casi al azar... Éstos durarán en lo que escriben, puesto que han vivido o puede que no. Que porque no hayan vivido se hayan visto obligados a una simulación escrita. Diarios, heterónimos, complementarios. Por ejemplo.
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Este libro que ayer te dije...
Quería escribir "una bella y trágica historia". Me inquieta pensarlo... Me inquieta escribirlo, aun arrepentido... Yo me entiendo... Aunque evidentemente no se trata de una historia "bella", sino de "gran humanidad", de "magnanimidad" en el seno del dolor, del absurdo, del mal...
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